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En el fan experience de hoy, Emmanuel, David y Juan Salvador nos cuentan todos los pormenores de cómo se cocinó el encuentro futbolístico que Steve Harris y Adrian Smith vivieron junto a otras figuras del fútbol local y varios fanáticos el 11 de octubre de 2019 en el estadio del Club Excursionistas.


Mis dos grandes pasiones unidas en un solo evento: Iron Maiden y el fútbol. Aquel 11 de octubre de 2019 no fue un día más para mí, sino más bien fue un día atípico por el solo hecho de tener la oportunidad de vivir este maravilloso y único suceso en la cancha del Club Excursionistas. Todo comenzó cuando mi amigo David (a quien conozco hace más de 5 años, y persiguiendo esta hermosa pasión por la banda) nos comentó a mí y a Juan (otro amigo a quien conozco casi por el mismo tiempo y por el mismo motivo que a David) que él iba a ser invitado para jugar un partido de fútbol contra parte del plantel de Iron Maiden, liderado por nuestro amado bajista Steve Harris. Pero David, no conforme con eso, no quiso dejarnos afuera: Tanto yo como Juan fuimos invitados por él también para que podamos vivir aquella experiencia única como fans.

Llega el día del partido y David me pasa a buscar con su auto a eso de las 14 horas por Av. Gral. Paz y Av. San Martín (yo tenía que estar esperándolo sí o sí a esa hora y en ese lugar, sin importar el trabajo o la facultad. Era un día especial). El horario de inicio del partido estaba pactado para las cuatro de la tarde. Con David llegamos al club una hora antes aproximadamente. Se acercaba la hora pautada y el equipo de Iron Maiden todavía no se hacía presente hasta que en un momento empiezo a notar un tumulto de gente en la puerta de entrada al club ¡Eran ellos! Steve Harris junto a su plantel acompañado de Adrian Smith, quien en un momento hizo de árbitro (¡sí, de árbitro!).

Era todo tan fantástico: Ver a los músicos de cerca, ver a Harris “pisarla y encarar” y marcando un golazo (que creo que ni en la historia que tiene esa cancha se habrá visto algo igual) Adrian sacando rojas y amarillas ¿Qué más podía pedir?

Emmanuel


Recibí una llamada los primeros días del mes de diciembre de 2018, era un amigo argentino residente en Italia, fan de la banda y muy allegado a Steve. Durante el diálogo él me preguntó si sabía jugar al fútbol y me comentó que estaba organizando un partido para jugar en Argentina durante la visita de la banda en el país. Ante la sorpresa respondí que sí, ya que juego con mucha frecuencia y no me quería perder la oportunidad que se me había presentado.

Me lo tomé con calma, en algún punto intentaba no ilusionarme. Siempre de chico había soñado compartir un campo de fútbol con mi mayor ídolo (después de ver una y otra vez la versión fútbol de “Futureal” en “Visions of the Beast”). Pasaron algunos meses hasta que me integraron en un grupo de WhatsApp, noté que la cosa tomaba forma. Era todo muy cauteloso y discreto, nadie debía comentar nada para mantener el secreto. Nos organizamos para diseñar la camiseta y armar el equipo, como muchos no nos conocíamos personalmente fue un lindo desafío. Se organizaron 3 partidos contra otros equipos en la provincia de Santa Fe y solo pude asistir a uno el cual ganamos con mucho huevo 4 a 2 ya que en el equipo estaba conformado por muchachos grandes (yo era el más joven con 24) contra un equipo de pibes que habían ganado un primer encuentro al cual yo no pude asistir.

Después del partido el capitán del equipo nos repartió las camisetas a todos y a partir de ahí comencé a sentir que el sueño se hacía realidad. Nos juntamos una noche con mis grandes amigos Emma y Juan en la taberna Odín de Palermo, como siempre dialogando de nuestra banda favorita, organizando la previa ya que en ese entonces yo iba hacer todas las fechas del tour en Sudamérica, Juan iba a estar en Rock In Rio y los shows en Chile y Emma estaba viendo las posibilidades de viajar a Santiago (ya que le habíamos hecho un presente al regalarle una entrada para el Nacional). En ese momento después de habernos visto en varias oportunidades y luego de mantener la sorpresa como un secreto de estado decidí comentarles lo que iba a suceder el 11 de octubre. Recuerdo sus caras de asombro y comencé a reírme, les pedí por favor que no comentaran nada y los invité a que me acompañen ese día desde la tribuna ya que les tengo un gran aprecio. Nos conocemos hace algunos años y compartimos el mismo amor incondicional por Maiden y los colores Azulgrana.

En los días previos, estando en Sao Paulo recibo un llamado de mi amigo italiano desesperado que estaba en la búsqueda de un arquero para el partido ya que el que se había comprometido con nosotros sin previo aviso se había bajado del equipo. Ante el revuelo en el grupo resolví rápido, no tuve mejor idea que decirle a mi viejo que se comprometió conmigo enseguida. Siempre fue un grandísimo arquero y el hecho de compartir algo así con él hacía más especial todo.

Ya de regreso a Buenos Aires el clima no acompañaba la ciudad era un diluvio y empezó el temor de no saber si íbamos a jugar el partido. Ese día 11 de octubre me había levantado tarde ya que me sentía cansado de haber viajado de un lado para el otro, era un día especial ya que la banda había sido invitada al Congreso de la Nación, pero con nervios encima intenté concentrarme en lo mío. Pusieron lugar y horario de encuentro para todo el equipo, de ahí nos dirigimos hasta la cancha de excursionistas. En ese momento les avise a mis amigos donde era. El clima de un momento a otro se despejó y salió el sol levantando muchísima humedad, pero nos daba la tranquilidad de saber que se jugaba. Se acercaba la hora y con el equipo comenzamos a cambiarnos en el vestuario donde se notaba un ambiente lleno de ansiedad y alegría. Luego de la charla técnica con el grupo salimos al pasillo del club a esperar. Siendo las 16:40 hs. vemos movimiento en la entrada y entre el tumulto apareció Steve Harris acompañado de Peter como siempre junto a un montón de gente. Estaban presente su mujer Emma y sus hijos George, Stanley y Maisie, integrantes del Crew, algunos de los chicos de The Raven Age y la sorpresa de El Pájaro Caniggia y el Pipa Gancedo. Fue ellos a quienes vi entrar, pero en algún momento también lo hizo Adrian Smith. De repente nos subió la adrenalina a todos los presentes.

Una vez listos los dos equipos, entramos a la cancha a pelotear y luego comenzó el partido. Durante los primeros quince minutos el partido fue muy trabado, ellos tenían un muy buen equipo. Steve era quien manejaba y organizaba todo. Comenzaron arriba y rápido lo dimos vuelta 2 a 1, tuve la suerte de convertir el segundo. Hasta ese momento estábamos mejor parados que ellos dando una buena batalla.

Promediando los 20 minutos luego de una jugada de ataque de los Maiden, el capitán de nuestro equipo se desvaneció y tuvo que ser trasladado hasta un hospital cercano. El equipo de la banda mostro muchísimo respeto ante esa situación dramática, tal fue así que enseguida se hizo presente el Sheriff Rod Smallwood, manager de la banda. Después de esa situación crítica anímicamente nos desestabilizo, hubo cambios en el equipo y retomamos el partido pero fue favorable para ellos. El árbitro que no quiso seguir dirigiendo después de lo sucedido fue reemplazado por Adrian Smith algo que no podíamos creer. Fui amonestado con tarjeta amarrilla por el propio “H” luego de haber errado un gol abajo el arco, situación que fue muy cómica que me la llevo de recuerdo. También desafortunadamente erré un penal, pero luego pude remediarlo y convertir un lindo tanto.

Finalizo el partido, se inundó la cancha de algunos fans que había en las tribunas esperando por la foto y las firmas. Después de eso, hubo una foto grupal con los dos equipos juntos y me dirigí con ‘Arry’ hasta el vestuario visitante donde me dio la camiseta del partido como recuerdo. Me reencontré con mis amigos en la cancha y desbordando felicidad intentábamos entender la semejante experiencia que habíamos vivido.

THE DREAM IS TRUE!

David


En 2019, cuando David nos contaba que él probablemente iba a participar de este partidazo, casi se me cae la mandíbula. El día que el sueño se haría realidad, la fecha coincidía con el homenaje a la banda como Visitantes de Honor en el Congreso de la Nación. Entonces, faltando al trabajo por falsa enfermedad, usé esa mañana lluviosa para tratar de aprovechar ambas experiencias. Al final, en el Congreso la acreditación pautada nunca apareció. Vestido de civil y haciéndome el desentendido, me quedé encerrado (a propósito) junto a un portero de la zona viendo como en la parte trasera del edificio, en una calle vacía y a pasos de distancia, la banda y el management bajaba de unas camionetas custodiadas entre medio de cordones policiales, calles cortadas, gritos, sirenas, vallas y un operativo que me subió la adrenalina al mismo nivel que todas las veces que escuché “Doctor” en vivo. Un bondi y de nuevo en Belgrano para, ahora sí, vivir el plato fuerte.

Sobre el partido, mucho más que David no puedo decir. La verdad es que si bien ya sabíamos con qué podíamos encontrarnos, lo que terminó pasando fue algo que nunca en la vida pudiéramos haber imaginado. Cada segundo valió oro, con las pulsaciones a mil, la cabeza procesando millones de imágenes y las emociones a flor de piel. El cambio de camiseta entre Steve y David, el hecho de que haya estado Adrian y que encima haya oficiado de árbitro, ver el encuentro desde el lateral y el banco suplente, haberme quedado con la pelota del partido y tener a Steve en ese contexto tan distinto al de un escenario fue algo que los tres vamos a guardar para siempre y terminó sellando una amistad a fuego de aquí a la eternidad.

Juan Salvador


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