Luego de algunas escuchas, esto es lo que los miembros del staff de MaidenArg tenemos para decir del nuevo disco de la dupla Adrian Smith y Richie Kotzen. Les dejamos siete comentarios elaborados por nosotros:
Hay que reconocer que salvo en el caso de Bruce Dickinson, quien ha parido un puñado de discos memorables, los miembros históricos de la doncella que han probado suerte por fuera de ella no han conseguido descollar en sus proyectos paralelos, incluido el padre de la criatura, el mismísimo Steve Harris. Lo cierto es que jugando en una liga distinta de la de Maiden, Adrian Smith rompe un poco con esa racha uniendo fuerzas con Richie Kotzen para ofrendarnos una obra excelsa que destila un Hard Rock por demás elegante sin escatimar en toques bluseros, con grandes canciones como protagonistas descollantes. Ningún otro trabajo encabezado por Adrian Smith en el pasado ya sea con A.S.A.P, Psycho Motel o Primal Rock Rebellion me obligo a pulsar tantas veces el boton de play como en esta ocasión. El disco fluye con total naturalidad al compás de composiciones deslumbrantes como la blusera “Scars”, la bellísima “Glory Road”, “You Don’t Know Me” con su estupendo estribillo a cuestas o “‘Til Tomorrow” que cierra de manera inmejorable este más que auspicioso primer paso de una dupla que no por insospechada demuestra que más allá de los estilos, la felicidad puede encontrarse a la vuelta de la esquina.
Hernán Franco
Linda sorpresa cuando me enteré que no era una sopa de escalas a mil sino un buen disco de canciones, ya que el inicio con “Taking My Chances” y “Running” destila buen gusto por todos lados. “Scars” y “Some People” no son mis preferidas, salvo por la base de bajo de esta última, mientras que el estribillo de “Glory Road” tiene pasta de clásico. Para “Solar Fire” está claro que le dijeron al buen Nicko que se despache a gusto, y hace un gran laburo (mucha diferencia con las batas del resto del disco). Acá tenemos uno de los mejores momentos del álbum. El inicio de “You Don’t Know Me” no prometía mucho pero le dieron una vuelta de tuerca para terminar con un tema muy, pero muy lindo. Y de paso, nos regalaron una base blusera a partir del minuto 5, para que aprendamos que no todo es hard rock en la vida. Y hasta la duración total es justa, porque cuando me pregunté cuánto faltaba para el final, ya estábamos cerca. Cabe destacar que ninguno de los dos terminan siendo de mis cantantes preferidos (ni cerca), pero para lo que el disco pide, cumplen más que bien. Linda sociedad se armó, espero que tenga futuro y como pasa seguido, el segundo disco puede ser mejor que el primero.
Lucho Gómez Pallo
Al recibir la noticia de este lanzamiento, lo primero que pensé fue en el peso de los apellidos de ambos músicos. El álbum me permitió disfrutar nuevamente del hard rock clásico con sus matices de soul, blues y rock sureño. Con el tema “Some People” empecé a cabecear con ritmo y a tararear el estribillo. Un disco bien producido en el cual se lucen tanto Smith como Kotzen. Las guitarras al frente con los solos y los shreds, la primera voz de Richie con la segunda de Adrian, crean una armonía vocal increíble. Un álbum con sincretismo de estilos y un proyecto singular que los ha reunido para que los amantes del género puedan disfrutar.
Røwie Ramazzotti
Debo decir que cuando se anunció la salida de este disco no me generó demasiado entusiasmo. Básicamente porque más allá de los discos que grabó con Dickinson, lo que Adrian hizo por fuera de Maiden nunca me entusiasmó demasiado. Algo similar me ocurre con Richie Kotzen, quien sin dudas es un gran guitarrista con una enorme trayectoria pero del cual sólo me atrapan sus baladas. Otra cosa que también le jugó en contra a la previa del lanzamiento es el carácter de previsibilidad, pues se sabía que el disco iba a apuntar a un Hard Rock bien melódico, con mucho blues y con muchos solos de guitarra, sin salirse demasiado de ese espectro. Pero más allá de todos estos factores también es justo decir que esta primera aventura de Smith y Kotzen deja un saldo por demás positivo. Por más que se trate de un disco muy relajado, donde simplemente dos amigos que tocan la guitarra se juntaron a pasar el rato, las canciones destilan exquisitez y buen gusto por todos los rincones. Muchos solos, muchas armonías vocales muy sentidas, y hasta cierto deje de melancolía en temas como “Scars” o “You Don’t Know Me”, sumadas a deliciosos pasajes ineludiblemente bluseros como los de “Glory Road” hacen de este primer disco de la dupla un excelente registro para los amantes del Hard Rock y la química demostrada aquí deja las expectativas bien intactas para futuros lanzamientos.
Juan Manuel Guarino
Una nueva aventura discográfica del gran Adrian Smith, en esta ocasión acompañado de su amigo Richie Kotzen, reconocido compositor, guitarrista y cantante… Entre otras. Bastante alejado el estilo en esta oportunidad a su anterior trabajo con “Primal Rock Rebellion”, donde se veía un estilo más Heavy. Pero el Hard Rock acá predomina ¡¡¡y de qué manera!!! Tan solo con los adelantos “Taking My Chances”, “Running” y “Scars”, se vislumbraba que podía venir un gran álbum. Grandes composiciones, intercambiando las partes vocales y los solos de guitarra. Una dupla que evidentemente sorprende para bien por la sencillez de los temas, y un abanico de estilos donde podemos encontrar pasajes bluseros y canciones más lentas y elaboradas. El bajo estuvo dividido por ambos y pudimos contar con la participación de Nicko McBrain en batería en el tema “Solar Fire”. Un disco que se deja escuchar de principio a fin sin problemas. Nuevamente Smith, que en su tiempo libre fuera de Iron Maiden puede darse el lujo de sacar estos tipos de trabajos demostrando toda su cualidad artistica y musical. Quizás este, es el inicio para futuros trabajos junto a Richie… Y quién dice, podamos disfrutar de otro disco.
Ale Dobarro
Mis expectativas para con el nuevo proyecto de Smith eran nulas, y la realidad es que el único disco por fuera de Maiden de él que realmente me gusta es “Silver & Gold” de A.S.A.P. A su vez, este fue mi primer encuentro con el trabajo de Ritchie Kotzen, por lo que realmente no fue un factor el cual sumase o restase entusiasmo. Teniendo esto en cuenta, mi primera escucha del álbum me dejó con gusto a poco. Tanto la ejecución como la producción del álbum es de primera mano, pero hubo solo dos o tres estribillos con suficiente gancho para que sean memorables. Fue con reproducciones subsiguientes que pude entender a lo que apunta esta sociedad entre Smith y Kotzen. No busca revolucionar, ni expandirse, y dudo que el factor económico juegue algún tipo de rol en todo esto; éste álbum es el fruto de dos amigos que tenían los medios y entraron al estudio para “ver qué onda”, y divertirse en el proceso. Cuando volví a escuchar el disco con eso en mente pude disfrutar de él de otra manera y, si bien está lejos de ser un disco al cual volvería con regularidad, puede ser el puntapié para que en el futuro haya una segunda parte, en la cual tal vez busquen arriesgarse un poco más y logren sorprendernos.
Farid Sánchez
No voy a mentir, cuando me enteré de la noticia de una nueva aventura musical de Adrian Smith por fuera de Iron Maiden, me sentí indiferente. Sobre todo al ver que quien acompañaba al británico no era otro que Richie Kotzen. Por eso me imaginaba exactamente lo que iba a encontrar: un simpático disco de hard rock, de a ratos blusero, de ratos más rockero, pero algo simple y previsible a fin de cuentas, como si dos amigos de toda la vida se juntaran a zapar a ver qué sale. Y justamente gracias a esa poco ambiciosa idea pergeñada en un comienzo es que han salido grandes canciones como “Glory Road”, “Solar Fire”, o la climática y oscura “Scars” donde la similitud de la voz de Kotzen con la de Chris Cornell nos recuerda a alguno de los mejores momentos de Audioslave. La fuerza del disco recae, sin lugar a dudas, en los numerosos arreglos y solos de guitarra que entrelazan estos dos magos de las seis cuerdas. No es una placa que le vaya a cambiar la vida a nadie, pero si una escucha agradable.
Rodrigo Garbini